sábado, 18 de julio de 2015

Baldomero, siempre Baldomero / Hoy: La mesa del Congreso

Otro rescate de mi memoria y de alguna vieja antología escolar de secundaria.

La mesa del Congreso 

En casa de los Aráoz 

estuve muy de mañana: 
finos dedos me guiaron 
y fina voz musitaba. 
Allí vi un patio tras otro, 
soledad los habitaba. 
En uno había un jazmín, 
¡Dios, qué jazmín allí estaba! 
desde un rincón y de un siglo 
diré que se derramaba. 
En otro había un gran árbol: 
la fortaleza hecha savia. 
De pronto se abrió una puerta 
y después una ventana. 
Érase una habitación 
que un solo mueble amueblaba. 
Había un olor glorioso 
de caoba y remembranza, 
que la mesa del Congreso 
en el centro palpitaba. 
Yo la vi como agitarse 
de candelabros de plata, 
de carpetas, de tinteros, 
de salvaderas colmadas, 
de ramilletes de plumas, 
de arengas y de plegarias. 
¡Oh, la mesa de las mesas 
para el Acta de las actas! 
Pusimos la mano en ella, 
nos retiramos de espaldas, 
se cerraron los postigos 
y nos fuimos sin palabras. 
Me pareció que el jazmín 
y la brisa tucumana 
a destiempo se cubrían 
de una nieve azul y blanca. 

Baldomero Fernández Moreno

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