lunes, 2 de septiembre de 2013

La Toma UNT: ¿Por quién suenan las campanas?

"Repudiamos la tergiversación de los medios", dice la pancarta.
El sitio en facebook La Toma UNT ya llegó a los 3300 adhesiones y las marchas son multitudinarias.

Texto tomado (valga la no-redundancia) del blog La Toma UNT, donde los y las protagonistas de la toma de facultades difunden y explican la lucha que han asumido a partir de los recientes casos de violencia de género. Este análisis fue escrito por el docente e investigador Pedro Arturo Gómez

¿POR QUIÉN SUENAN LAS CAMPANAS?

Frente al escozor que genera la actual toma de Facultades en algunas zonas de la comunidad docente y ante el reciente comunicado de las autoridades de la Facultad de Filosofía y Letras, en el cual se podría escuchar "la otra campana", anoto lo siguiente.

La toma de Facultades y de cualquier otro edificio institucional es una táctica -entre otras- dentro de un plan lucha, cuyos objetivos, trazado y desarrollo legitiman el uso de esta herramienta de protesta. Deberíamos, por lo tanto, analizar y discutir el trazado del plan de lucha y los objetivos en este caso concreto de las tomas de la Facultad de Filosofía y Letras y la de Psicología, teniendo muy en cuenta acontecimientos como la nutrida movilización que ocupó el jueves el patio del Rectorado. 

Podemos examinar y debatir la formulación de los reclamos en el petitorio presentado a las autoridades de la UNT, pero no podemos ignorar que tanto las tomas como la movilización no fueron decisiones tomadas por un puñado de estudiantes levantiscos, manipulados por "partidos totalitarios" como afirmó puertas adentro el Rector, como si se tratara de hordas de ratas arrastradas por algún flautista de Hamelin. Más allá de lo razonable de gran parte de las demandas, en este estallido -que no tiene nada de antojadizo, nada de trance colectivo- pulsan malestares que es necesario advertir y discernir, para lo cual es necesario también contar con conciencia política. Y puestos a discernir -tarea de interpretación de lo social con la que deberíamos comprometernos los docentes antes que repudiar la toma- se hace evidente, sin un gran esfuerzo de exégesis, que el eje de estos malestares es la crisis del presupuesto universitario. Ante esto y ante la aprensión que a no pocos de mis colegas les provocan estás tácticas de lucha, pregunto ¿cuánta más precarización laboral, cuánta más expansión del régimen de interinatos, cuánta más oscuridad en el manejo de las cuentas de la UNT hace falta para que resulten legítimas acciones de politización radicalizada? ¿Cuánta más erosión de las bases materiales y de las estructuras de pensamiento de nuestra vida académica hace falta para que nos suene la hora del estallido? El señor Rector proclamó ese mismo jueves, durante la plataforma digital Centenario UNT, que la verdadera universidad no es la de los que toman Facultades ni la de esos que marchan, sino la que hacen los estudiantes que estudian, los profesores que dan clases y los investigadores que investigan. En otras palabras, la verdadera universidad para el señor Rector es la del academicismo ombliguista, la de la celebración autoindulgente, la del pensamiento crítico obturado; esto es, la universidad alienada. Aquí no se trata de lentitudes burocráticas ni de errores del sistema, se trata de la lógica misma del sistema, esa lógica que es la que viene minando el tan nombrado "desarrollo académico", la que socava en verdad el orden democrático e igualitario. La naturalización de esta lógica es el horizonte del rechazo hacia las tomas, el horizonte de donde provienen las mismas campanadas de siempre que llaman a la aceptación resignada, cuando no a la subordinación. Es hora de que suenen otras campanas, es hora de que nos pongamos en condiciones de interpretar qué dicen esas campanas.































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